Un sistema ERP es una inversión importante para cualquier empresa considerando que el software administrará las operaciones de la compañía por muchos años, por lo que se debe analizar no sólo las necesidades actuales sino también las futuras; pensando en el crecimiento, en los mercados a participar, y en la expansión hacia otras latitudes.
Aquí hay algunas características a tener en cuenta al elegir el sistema adecuado:
Reputación: Investigar la reputación del proveedor y su experiencia profesional en el área, buscar testimonios o estudios de caso de empresas similares que estén utilizando el ERP.
Soporte: Consultar la atención al cliente y soporte disponible para el sistema que se está considerando.
Funcionalidad del software: Asegurarse de que el sistema pueda administrar los procesos que la empresa realiza de manera integrada. Los ERPs ofrecen procesos basados en las mejores prácticas, y a través de configuraciones pueden adaptarse a las necesidades específicas de una compañía. Asimismo, es recomendable analizar el alcance funcional de la cobertura a nivel de requerimientos impositivo-fiscales e incluso de los usos y costumbres de donde se radica la empresa o se prevé radicarse a futuro.
Usabilidad: Asegurarse de que el sistema sea fácil de usar y comprender. No es aconsejable que los empleados pierdan el tiempo tratando de descubrir cómo usarlo.
Escalabilidad: El sistema debe acompañar el crecimiento de la empresa, tanto a nivel estructural como de negocios, determinando así el plan estratégico de crecimiento.
Capacidad de Personalización e Integración: Asegurarse de que el sistema pueda personalizarse para cubrir algún requerimiento específico del negocio, y tenga facilidades para la integración con otras aplicaciones.