Determinar si mi empresa necesita un ERP implica evaluar varios aspectos de las operaciones y la gestión de los procedimientos. Aquí hay algunas señales y consideraciones clave a tener en cuenta:
- Falta de procesos centralizados o muy complicados.
- Un software diferente para cada proceso sin lograr integrarlos.
- Demoras a la hora de recuperar la información necesaria.
- Dificultad para generar informes detallados y en tiempo real.
- Problemas e inconsistencias en la gestión financiera.
- Departamentos desconectados.
- Mal manejo del control de inventario.
- Satisfacción del Cliente en riesgo.
Todo esto puede provocar desorganización, errores difíciles de corregir, duplicación de trabajo y una lenta toma de decisiones.
Por eso, un Sistema ERP puede ser una herramienta clave de la que cualquier empresa puede beneficiarse. Sobre todo si se quiere optimizar y automatizar los procesos y permitir tomar mejores decisiones que garanticen el crecimiento.